CURSO PER EN ASTURIAS

CURSO PER EN ASTURIAS Una corriente o viento ligero desplaza la embarcación suavemente,
la cadena se enreda o se mete bajo un coral y a bordo nadie se da
cuenta. La cadena yace vertical y aparentemente libre. Al anochecer
los cumulonimbos que se formaron en el interior de la isla durante
el día se desplazan y desatan una tormenta sobre el área de fondeo.

Curso PER en Asturias

CURSO PER EN ASTURIAS Todo comienza con una fuerte ráfaga de viento rolado y ¡se da la
sorpresa! ¡la proa está apresada! se escucha como la embarcación
lucha por liberase y bruscos movimientos indican que algo no va
bien ¡no existe catenaria! La solución más rápida y eficaz es largar
más cadena hasta que la proa se libere y cabecee. Mientras tanto los
eslabones atrapados por la cabeza de coral luchan contra éste originándose un importante desgaste, que como mínimo se saldará con
la desaparición de la capa de galvanizado. En un principio se habían largado cincuenta metros de cadena, después del enronche…
¿cuántos metros de cadena quedan disponibles a bordo? Pasan un
par de horas y la tormenta va cediendo mientras cae el cielo en forma de catarata y con ello el viento rola de nuevo.

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Al día siguiente, cuando todo ha recobrado la paz y tras una noche
de vigilia, ponemos nuestras caretas y tubos y nos tiramos al agua
para inspeccionar el incidente. La observamos vertical en la proa
sobre arena, la seguimos, a los pocos metros vislumbramos una
pequeña oscuridad que identificamos como un conjunto de corales “inocentes”. Más allá ¡ahí está el problema! nos situamos sobre
una cabeza de coral que más bien parece un encarcelado de la edad
media… ¡menudo lio! Posteriormente hay que deshacer el entuerto,
uno de los tripulantes se queda en el agua mientras que el otro accede a la embarcación y se dispone a actuar sobre la maquinilla. Poco
a poco va recogiendo el aparejo y al llegar a la cabeza de coral sigue
las instrucciones del flotante…

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En la mayoría de las ocasiones se consigue liberar el aparejo sin
demasiados esfuerzos, pero en otras es necesario actuar con mayor
determinación ya que la cadena se mantiene atrapada y se niega a
soltar. Las tripulaciones jóvenes o con aptitudes físicas aceptables,
pueden sumergirse en apnea (lo ideal es contar con un equipo de
respiración autónoma) e intentar mover o desplazar la cadena liberándola… pero esta maniobra debe de ser realizada con muchísimo
cuidado pues existe la posibilidad de quedar una mano apresada.

Estas que anteceden son circunstancias bastante habituales y de su
oportuno tratamiento pudiera depender la seguridad de la embarcación, el estado del aparejo de fondeo y en su caso del submarinista. Por ello cada tripulación debe de tomar las medidas más adecuadas para prevenir casos como los descritos, y en su caso actuar
de la forma más eficaz y sobre todo respetando todas las medidas de
seguridad personal.

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